Aloe vera es el nombre que se le da a una sola especie, es decir, Aloe vera es el nombre de la especie. Lo único que puede diferenciar de un ejemplar a otro son las pequeñas manchas o puntos blancos, o que algunos no tienen tallo mientras que otros sí lo tienen muy corto.
El aloe, también llamado aloe, áloe o Aloe, es un género de plantas suculentas de la familia Asphodelaceae con alrededor de 400 especies. Es originaria de las regiones secas de África y Oriente Medio, aunque hoy en día está muy extendida por todo el mundo.
El aloe es una planta perenne, con hojas suculentas dispuestas en rosetas, que pueden alcanzar los 50 cm. de largo y 7 de grueso; las hojas están formadas por tres capas: una cubierta exterior coriácea, una capa fibrosa debajo y un núcleo gelatinoso donde almacena sus reservas de agua ya partir del cual se preparan innumerables productos farmacéuticos.
Origen del Aloe Vera
El aloe vera o aloe vera es una planta originaria de África y pertenece a la familia de las liliáceas. Alcanza entre dos y tres metros de altura. Sus flores suelen ser rojizas, anaranjadas o amarillentas. Tiene hojas lanceoladas grandes y carnosas con espinas suaves en sus bordes.
El nombre genérico “áloe” proviene del término árabe “alloeh” y su sinónimo hebreo “hallal”, que significa “sustancia brillante y amarga”.
El origen del otro nombre con el que se le conoce, aloe vera, y sus variantes locales zábila, zabida, zábira y pita zábila se atribuye a una deformación del vocablo árabe “cavila” que significa “planta espinosa”.
¿Cómo reconocer una planta de Aloe vera?
El aloe vera tiene un tallo corto y grueso de unos 10 centímetros. De esto, brotan de 10 a 25 hojas carnosas, verdosas, gruesas y con bordes dentados. El grosor medio de las hojas suele ser de 1 a 3 centímetros. La longitud y tamaño de la hoja varía según las condiciones a las que se expone la planta. Las plantas jóvenes de Aloe vera tienen pequeñas manchas blancas que desaparecen cuando se vuelven adultas.
Si quedan estas manchas, no es de este tipo. Las flores son otro elemento clave para identificar la planta de Aloe vera. Estos siempre deben ser amarillos y aparecer en los meses de primavera y verano. Otros géneros de Aloe pueden tener flores anaranjadas y rojizas. A su vez, también pueden presentarse en forma de arbustos con tamaños mucho mayores.
