Si nuestra sábila tiene las hojas amarillas, se marchitan o incluso se reduce el crecimiento de la planta, estamos ante un hongo que está pudriendo la raíz. Aparece, de nuevo, por exceso de riego o, incluso, por mal drenaje.
Cáncer de Aloe Vera
Lo que se conoce como cáncer de Aloe Vera no es más que el crecimiento anormal de agallas o tumores a lo largo de toda la planta. Estas anomalías van desde la base hasta el tallo o las hojas mismas.
Físicamente hablando, la planta no muere de cáncer de Aloe Vera. Sin embargo, la propia estética de la planta puede verse muy comprometida a medida que avanza esta enfermedad, siendo este un cambio irreversible que hay que frenar cuanto antes.
Cómo eliminar la aloína
Si queremos consumir aloe vera fresco, debemos saber que tiene una sustancia llamada aloína que no se debe consumir.
En el artículo de hoy os vamos a explicar un truco para consumir aloe directamente de la hoja, eliminando la aloína.
Riego del aloe vera
El aloe vera no necesita mucho riego en cultivo de interior. Riégala cuando el sustrato esté seco, asegurándote de que el agua salga por los agujeros de la maceta. Es muy importante proporcionar un buen drenaje, así como dejar secar la tierra entre riego y riego para evitar la aparición de hongos y pudrición de raíces.
No te preocupes por la falta de riego, el aloe aguanta bien la sequía. Como planta suculenta, el aloe acumula una gran cantidad de agua en sus hojas para poder soportar largos periodos de sequía.
Utiliza un sustrato adecuado
- Los aloes no son muy exigentes con la tierra. Solo asegúrate de que drene bien.
- Nunca he cultivado aloe vera en un sustrato para cactus y suculentas, por lo que no lo recomiendo. Puedes usar tierra para macetas o hacer tu propia mezcla. Simplemente mezcle buena tierra con 30% a 40% de arena de río.
- No usar sustrato con fertilizantes incluidos. El aloe vera responde mal al exceso de fertilizante.
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A. Espinillas necróticas, uno de los hongos más comunes.
Crean pequeñas depresiones en la hoja que cicatrizan, advirtiéndonos así de su presencia. Su aparición responde a un exceso de humedad, tanto en el sustrato como en el ambiente; y la falta de ventilación de la planta. Son habituales en los Aloes cultivados en interior pero también en los que están al aire libre y cuyos tallos quedan húmedos al regar.
Para frenar su avance, podemos utilizar un fungicida. Si tienen mucha presencia en las hojas, se deben cortar y quemar.